VERUM, del latín «Verdad» o «Verdadero», da nombre a este restaurante y hace referencia a la necesidad de recuperar los auténticos sabores y valores que, poco a poco, se han ido perdiendo. Verdad que se encuentra también en la pasión por el mar, en las lonjas escogidas y en los pescadores que lo nutren del producto que se selecciona para Mar de Verum.
En Verum podrá degustar el mejor marisco, una excelente fritura malagueña, platos de cuchara y arroces. La carta de Mar de Verum es un viaje gastronómico por las costas españolas para brindar la mayor calidad a los clientes.
La familia Berzosa ya demostró su pasión por la cocina marinera hace 15 años, cuando regentaron Mar de Pedregalejo, que llegó a ser una marisquería de referencia en Málaga.
En la actualidad, tras su evolución culinaria y la introducción de nuevas técnicas, preparaciones y acompañamientos, Jorge Berzosa es el gerente, chef ejecutivo y quien selecciona personalmente el género que surte su cocina. Un producto de alta calidad, poco manipulado, pero perfectamente ejecutado para que no pierda su esencia.
Las frituras tradicionales malagueñas se realizan con AOVE a 180º, y se puede elegir entre la fina fritura de boqueroncitos de la bahía de Málaga, de calamar de anzuelo y ali oli de ajo asado, de crujientes buchones de rosada con un toque de limón, de cazón en adobo sanluqueño, y por supuesto, la fritura de chopitos o puntillitas.
Otro de los puntos fuertes de su menú son los arroces. Trabajan con las variedades Dinamita Gran Reserva y Viejo Carnalori, de Molino Roca, este último catalogado como “El mejor arroz del mundo”. En su carta ofrecen: arroz meloso de carabinero, con bogavante, de plancton con berberechos, arroz campero de presa ibérica de Joselito, arroz negro o del senyoret.
Y si el cliente lo prefiere, también puede saborear los arroces de Mar de Verum a domicilio.
La parrilla es su elemento diferenciador, ya que el 70% de los platos de la carta pasa por la brasa. Tienen dos parrillas, una más tradicional para los pescados, y el jósper, un horno de leña que sirve para dar el último aroma a los arroces.
Para tapear, encontramos gildas, anchoas de Santoña, boquerones en vinagre, la ensaladilla rusa Mar de Verum con txangurro y sus huevas, pulpo a la brasa, ibéricos, o ensalada de pimientos del Guadalhorce.
El momento dulce completa la carta con postres caseros como el hojaldre de Torrelavega relleno de crema pastelera, la tarta de manzana, la tarta de queso y la explosión de chocolate.