Un restaurante hay que hacerlo con tiempo, es un proyecto de largo recorrido. Una forma de vida, un camino. Tienes que poder ser feliz en este camino haciendo felices a los demás, las metas pasan muy rápido. El día a día en el restaurante, es lo que permanece.

La pasión por la cocina que sienten los hermanos Roca empezó a forjarse en Can Roca, el establecimiento que sus padres regentan en Taialà, un barrio en las afueras de Girona.

Allí crecieron, en medio del bullicio de platos, ollas y clientes. El bar era su salón, el paisaje donde jugaban, hacían los deberes escolares, miraban la televisión… a la vez que, desde la cocina, surgían aromas de los guisos que su madre preparaba de forma generosa, sencilla y honesta.

El Celler de Can Roca es el proyecto más definitivo pero nunca terminado de los hermano Roca. Continúa en viva evolución desde hace más de 30 años, con una rutina donde la repetición es belleza y la innovación cadencia. Atenticidad, audacia, generosidad y hospitalidad. Bienvenidos.